Criaturas de Luz de Estrellas: Buscando al Tigre en Sonora

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September 12, 2025

Courtesy The American Southwest / Fin and Fur Films

Nos conocimos al norte de Argentina, en el Parque Nacional El Impenetrable en Chaco. Uno de nosotros, visitante desde la zona fronteriza entre México y Estados Unidos, quería descubrir cómo restituir la población de jaguares. El otro, trabajando con Rewilding Argentina en la recuperación de especies que habían desaparecido de estos paisajes, particularmente de las nutrias gigantes y del felino más grande de América.

Courtesy The American Southwest / Fin and Fur Films

Las experiencias que cada uno de nosotros ha tenido con los jaguares parecen mundos opuestos, tan distantes como la geografía que nos separa. Trabajando desde los límites del área de distribución de la especie, nuestras interacciones cotidianas con estos felinos son tan distintas como el día y la noche. En el suroeste de Estados Unidos y en Sonora, México, los jaguares pasan desapercibidos para el ojo humano. Sus movimientos son observados, dentro de lo posible, mediante cámaras con sensores de movimiento. Algunas veces, sus huellas son encontradas en la arena o el barro junto a un charco o junto al río, pero ver un jaguar frente a frente parece un sueño imposible.

Mario Tarragó

En Argentina, los investigadores de campo conviven con una población creciente de jaguares. No es raro dirigirse en moto de vuelta a la estación y encontrarse cara a cara con un jaguar que cruza el camino. O encontrar un enorme felino descansando en la hierba y toparse al instante con su penetrante mirada que percibe todo. A veces, un jaguar será capturado y anestesiado para cambiar su collar radiotransmisor que dejó de funcionar, para en el proceso revelar en su pesaje contundentes 102 kilogramos, un tamaño inimaginable para los hábitats áridos del lejano norte.

Mario Tarragó

Nuestro intercambio de información e ideas comenzó en nuestras largas caminatas al sitio de pre-liberación de las nutrias gigantes y durante la experiencia de liberación de una jaguar hembra llamada Miní en El Impenetrable. Los paralelismos entre los jaguares de Argentina y Arizona/Sonora van más allá de su estatus como especie en peligro, sus poblaciones pequeñas y la creciente variedad de amenazas que enfrentan. En cada región, existen esfuerzos apasionados para expandir las áreas protegidas y establecer corredores biológicos para que los jaguares puedan moverse entre sus áreas núcleo sin riesgo.

Mario Tarragó

Una distinción importante: Los jaguares están siendo reintroducidos solamente en Sudamérica. Esto podría cambiar con una visión audaz, cooperación y apoyo amplio. La escala de lo que se necesita para realmente salvaguardar y recuperar la población de jaguares en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos es tan grande como lo que se podría esperar para un felino de su talla. Para lo que se ha visto, la recompensa a este esfuerzo vale la pena.

Unos meses después de que Miní fuera liberada, cambiamos nuestro papel como visitantes y retomamos nuestra conversación en Sonora a la sombra del muro fronterizo que separa México de los Estados Unidos. Estar de pie, ante esta distópica división arquitectónica de más de nueve metros de alto resultaba sobrecogedor y resultaba mucho más imponente visto tan de cerca que visto incluso desde una corta distancia. Nuestra perspectiva de la crueldad del muro se profundizó en cuanto colocamos nuestras manos sobre él y escuchamos los gemidos que el viento produce al rozar el metal. Escuchar que una pecarí intentó pasar entre los barrotes para cruzar al otro lado, pero quedó atrapada y murió ahí atorada, hizo que se me hundiera el corazón.

Courtesy The American Southwest / Fin and Fur Films

Las heridas que el muro y su infraestructura infligen en la tierra son profundas. Cuando pensamos en lo que significa para los jaguares, y todas las sociedades humanas y animales que separa, debemos recordar que los muros pueden ser derribados. Esto se grabó en nuestra mente mientras visitábamos los lugares en los que los jaguares viven ahora y en los que deberían estar, incluso mientras las retroexcavadoras llegan para continuar construyendo hacia el oeste.

Mario Tarragó

Ahora estábamos en Cuenca los Ojos, el corazón del límite norte del hábitat del jaguar y que nombra al mismo tiempo a una organización binacional para la conservación y al territorio protegido por la misma mediante una reserva privada. Lo que nació hace 30 años como un sencillo proyecto para proteger a los peces nativos ha crecido para convertirse en una organización con un equipo altamente preparado, dirigido y lleno de energía, determinado a restaurar ecosistemas completos a la vida silvestre. Ellos tienen el mando y lo utilizan para revertir la pérdida de biodiversidad, ayudando a murciélagos, aves, castores y bisontes.

Mario Tarragó

Un monstruo de Gila nos saludó cuando llegamos, venados saltaban cerro arriba. Atestiguamos la formación de nubes que pronosticaban tormentas y su consecuente lluvia, después de la cual ácaros de terciopelo rojo emergieron y seguimos el camino de orugas que se convertirían en mariposas cola de golondrina. Las yucas florecieron y las choyas también, junto al vuelo fugaz de los pájaros carpinteros.

Alex Lucero

Víboras de cascabel se tendían en espacios abiertos para bañarse en el sol de la mañana. Caminamos entre árboles de enebro y subimos paredes rocosas mientras los cuervos surcaban el abismo. Desde este mirador, franjas de paisaje verde nos mostraban el camino en que fluye el agua a lo largo del año en el Cajón Bonito. Estando en medio de una temporada de sequía extrema, Cuenca es una bienvenida, un oasis que da vida.

Mario Tarragó

El agua es el eje que atraviesa todos los sitios donde hay jaguares. Es fundamental tanto para su movimiento como para encontrar presas que los sustenten. La visión anticipada de Cuenca para implementar trabajos de restauración ambiental y traer agua de regreso a la tierra puede con bastante certeza ser la razón por la que los jóvenes jaguares machos han aparecido en cámaras con sensor de movimiento en años recientes.

Courtesy Pablo Luna / Rewilding Argentina

Aún así, si los jaguares macho no encuentran una pareja, la población eventualmente disminuirá. Hasta ahora, no se han encontrado hembras jaguar tan al norte, lo que nos recuerda la situación que los machos enfrentaron en El Impenetrable antes de que la reintroducción comenzara. Estábamos en Cuenca cuando nos enteramos que a tan solo un año de que la hembra jaguar Nalá fuera liberada en El Impenetrable, se la vio en la ribera del río Bermejo con su cachorro de cinco meses nacido en entorno salvaje. Este joven jaguar es la primera cría documentada en décadas en El Chaco argentino; sabemos que lo mismo podría pasar cerca de la frontera.

Jorge Chacón

En algún momento en Cuenca, la noche despierta: búhos que ululan, zorrillos que merodean sin prisa, todas las maravillas que dan vida a las horas nocturnas. Los sucesos nocturnos son especialmente interesantes porque es cuando los jaguares están activos por lo que permitimos que nuestros ojos se adapten a la oscuridad. Las flores nocturnas de la sagrada datura se abren ante nuestros ojos, polinizadas por polillas esfinge gigantes. Vemos el brillo de las luciérnagas, imaginando el brillo de los ojos de un gran gato. Cada especie de luciérnaga tiene su propio patrón – como una huella digital humana o las manchas en la piel de un jaguar – que le permite a los individuos reconocer a los de su especie. Las luciérnagas dependen de la humedad, la cual es la razón por la que las vimos en esta zona de Cuenca tan rica en agua.

Omar Caballero

Hay algunas vastas áreas de Cuenca que podrían ser clasificadas en la categoría de Cielo Oscuro, con la Vía Láctea en todo su esplendor. Hablamos de cómo la oscuridad tiene un papel para mantener los ecosistemas saludables y si los jaguares prefieren la brillante luz de la luna llena para cazar y moverse o si, por el contrario, son criaturas de luz de estrellas, que utilizan su excepcional visión nocturna en noches sin luna para emboscar a sus presas. En la mitología de algunas culturas antiguas, la piel del jaguar era vista como un mapa del cielo, el patrón de sus manchas asemejando un cielo lleno de estrellas.

Omar Caballero

Los jaguares, ocelotes, lobos y osos necesitan a Cuenca – y también nosotros – por las profundas conexiones entre la naturaleza que alberga. Cuidar el planeta en el que vivimos es lo que finalmente nos mueve a trabajar día tras día. Este sentimiento es palpable entre el equipo de Cuenca también.

Su misión quizá sea proveer un hábitat seguro y apropiado para la vida silvestre, restaurar las riberas, recuperar pastizales y reconectar paisajes fragmentados en el que todas las especies prosperen. Pero Cuenca también ofrece esta colaboración y cooperación transfronteriza tan llena de alegría que resulta en un antídoto en estos tiempos desolados y polarizados. Cuenca comparte un límite y es vecino de Arizona y Nuevo México. Con la intensa atención en la zona fronteriza, lo que hoy todos necesitan saber es lo consistentemente tranquilo, hermoso e importante que es este lugar.

Turtle Southern

Desde el risco más alto, es posible mirar a la distancia en todas direcciones y darse cuenta que este es un punto de convergencia. Podemos ver las cumbres de las montañas Chiricahua al norte, donde el jaguar llamado Sombra vivía hace poco. Abajo en el valle, el Refugio Nacional de Vida Salvaje San Bernardino es adyacente a los ranchos de Malpai Borderlands Group, donde han ocurrido otros avistamientos de jaguar en la actualidad. Al sur yace un paisaje expansivo y accidentado con mínima intrusión humana que incluye la bien llamada Sierra El Tigre.

Mario Tarragó

Fue a través de este corredor hacia el sur que nos dirigiríamos rumbo a otra área de concentración en Sonora a más de 160 kilómetros de distancia y con una población de jaguares que se está reproduciendo. El agua de Cajón Bonito se convierte en el Río Bavispe y se une con el Río Aros formando el Río Yaqui que desemboca en el mar. Luego flotaríamos en los Ríos Aros y Yaqui para llegar a lugares remotos, áreas aisladas solo accesibles por agua. Una semana después de haber dejado Cuenca, de pie con el agua hasta la cintura en la lodosa confluencia de estos ríos y mirando al norte desde donde habíamos venido, entendemos que todo esto está conectado y conocemos ahora dónde merodean los jaguares.

Parte 2: Donde los Ríos Rugen y los Jaguares Deambulan: Un Regreso a lo Indómito

Fotos de huella y pata de jaguar y del muro fronterizo entre EE.UU. y México, cortesía de The American Southwest / Fin and Fur Films. Nalá con su cachorro en El Impenetrable, cortesía de Pablo Luna / Rewilding Argentina. Ventana en la roca por Alex Lucero; familia de zorrillos por Jorge Chacón; atardecer con agaves, cielo nocturno y datura sagrada por Omar Caballero de Cuenca Los Ojos. Para saber más sobre El Impenetrable: A Hundred Pawprints on the Road to Wildness.

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